Iglesia Evangélica Bautista de Albacete

REDENCIÓN A TRAVÉS DE SU SANGRE

Redención y perdón en Cristo

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”

Ef 1:7

CONTEXTO

El libro de Efesios, escrito por el apóstol Pablo, es una carta dirigida a la iglesia en Éfeso. En el capítulo 1, Pablo comienza con una alabanza a Dios por las bendiciones espirituales que los creyentes tienen en Cristo. En el versículo 7, Pablo enfatiza la redención que los creyentes obtienen a través de la sangre de Cristo, destacando la abundancia de la gracia de Dios manifestada en el perdón de pecados. Este versículo está inmerso en un contexto de adoración y gratitud por la obra salvadora de Cristo, y establece la base de la identidad y la esperanza del cristiano.

I. REDENCIÓN COMPLETA

La palabra «redención» implica liberación mediante el pago de un precio. En el contexto bíblico, esta liberación se refiere al rescate del pecado y sus consecuencias. La sangre de Cristo es el precio que se pagó para nuestra redención, lo que indica que esta obra es completa y definitiva. No es a través de nuestros esfuerzos, sino por el sacrificio perfecto de Jesús. «Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir… con la sangre preciosa de Cristo» (1 Pe 1:18-19).

II. PERDÓN DE PECADOS

El perdón es un acto de la gracia de Dios, donde Él cancela nuestras deudas y nos libera de la culpa del pecado. Este perdón no es parcial ni temporal, sino total y eterno, como resultado del sacrificio de Cristo. Es una manifestación directa de la abundante gracia de Dios. «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad» (1 Jn 1:9).

III. RIQUEZAS DE SU GRACIA

La gracia de Dios no solo es suficiente, sino que es rica y abundante. No nos salva apenas por los méritos humanos, sino por el amor y la misericordia infinita de Dios. Estas «riquezas de su gracia» nos aseguran que, en Cristo, siempre hay más que suficiente para nuestras necesidades espirituales. «Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó» (Ef 2:4).

CRISTO ES EL CENTRO

La redención, el perdón, y la gracia mencionados en este versículo encuentran su cumplimiento en Cristo. Su sacrificio en la cruz es el centro de nuestra salvación. En Cristo, vemos la plena expresión del amor de Dios y la provisión para nuestra redención. Sin Cristo, no hay redención ni perdón; pero en Él, tenemos todo lo necesario para la vida y la piedad.

PARA MEDITAR

¿Cómo puedo vivir de manera que refleje la redención, el perdón y la gracia que he recibido en Cristo? ¿De qué manera puedo hacer que mi vida sea un testimonio de la obra redentora de Jesús?

Conoce la Carta a los Efesios

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