Iglesia Evangélica Bautista de Albacete

Clama al Señor

Imagen con el texto que habla de salvación sobre una hoja

Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo

Romanos 10:13

CONTEXTO

El apóstol Pablo escribió la carta a los Romanos con el propósito de presentar una exposición sistemática del evangelio. En el capítulo 10, Pablo aborda la justicia que proviene de la fe en contraste con la justicia que se obtiene por las obras de la ley. Este versículo en particular resalta la universalidad de la salvación, disponible para todos aquellos que invoquen el nombre del Señor. Pablo hace hincapié en la necesidad de la proclamación del evangelio para que las personas puedan creer y, al creer, invocar a Cristo para ser salvos.

I. LA UNIVERSALIDAD DE LA SALVACIÓN

La promesa de la salvación es para «todo aquel» que invoque el nombre del Señor. No hay distinción de raza, género o condición social. Esta verdad nos recuerda que el evangelio es inclusivo y está disponible para todos. Estamos siendo llamados a proclamar a todas las personas a invocar a Jesús como Señor y Salvador, sin importar su pasado o condición actual.

Hechos 2:21 «Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.»

II. LA SIMPLICIDAD DE LA SALVACIÓN

La salvación no requiere obras complicadas o rituales elaborados; es un acto de fe simple pero profundo: invocar el nombre del Señor. Esta sencillez refleja la gracia de Dios que no pone cargas adicionales sobre nosotros. Reconozcamos que no necesitamos hacer méritos para ser salvos; solo necesitamos poner nuestra fe en Jesús y llamarlo para recibir su salvación.

Joel 2:32 «Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo.»

III. LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN

Dios es fiel a su promesa. Aquellos que invocan su nombre con fe pueden estar seguros de su salvación. Esta certeza proporciona una base sólida sobre la cual construir nuestra vida cristiana. Confiemos en la fidelidad de Dios y en su promesa de salvación. Vivamos con la seguridad de que si hemos invocado a Jesús, somos hechos salvo.

Juan 6:37 «Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.»

CENTRALIDAD EN CRISTO

Jesús es el centro de la promesa de la salvación. Él es el mediador entre Dios y los hombres, y es por su sacrificio que podemos invocar su nombre y ser salvos. Su vida, muerte y resurrección son la garantía de nuestra salvación. Al poner nuestra fe en Cristo, no solo aseguramos nuestra salvación, sino que también entramos en una relación continua y transformadora con Él.

PARA MEDITAR

Reflexiona en el sacrificio de Cristo y su amor por ti. Deja que su obra en la cruz te motive a vivir una vida que refleje su amor y gracia.

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IEB ALBACETE

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