Iglesia Evangélica Bautista de Albacete

La Bendición del Día de Reposo

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«Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.»

Génesis 2:3

CONTEXTO

Génesis 2:3 marca la culminación del relato de la creación en el primer capítulo de la Biblia. Este versículo destaca la bendición y santificación del séptimo día, conocido como el día de reposo o sábado. Este día fue apartado por Dios como un día de descanso después de los seis días de creación. En el contexto de la época, este acto de Dios también servía como una declaración contraria a las prácticas religiosas de las culturas vecinas, especialmente la babilónica, que tenía sus propios mitos de creación. La institución del sábado se convertiría en un elemento central de la vida y la religión del pueblo hebreo, simbolizando la finalización de la obra creadora y la dedicación de un tiempo sagrado para el descanso y la adoración .

I. RECONOCER LA SOBERANÍA DE DIOS

La santificación del séptimo día nos recuerda que Dios es el soberano Creador de todas las cosas. Al bendecir y santificar el día de reposo, Dios establece un patrón para que la humanidad reconozca su autoridad y obra creadora. Este reconocimiento es esencial para una vida de adoración y sumisión a Dios. «Acuérdate del día de reposo para santificarlo» (Éx 20:8) nos llama a imitar a Dios en su descanso y a honrar su creación y apartarnos para Él.

II. REFLEJAR LA PERFECCIÓN DE DIOS

El descanso de Dios en el séptimo día simboliza la perfección de su obra creadora. Este reposo no es por necesidad, sino un acto de celebración de la creación acabada y de Sú satisfacción al verla buena en gran manera. De igual manera, nosotros debemos encontrar descanso en la obra terminada de Dios, especialmente en la redención que Cristo nos ofrece. Jesús declara en Juan 19:30, «Consumado es», reflejando la culminación de su obra redentora, invitándonos a descansar en esa completa obra.

III. FOMENTAR LA COMUNIÓN Y EL DESCANSO

Dios no solo bendijo el séptimo día, sino que lo santificó, separándolo para un propósito especial. El reposo es una oportunidad para la comunión con Dios y con los demás. Es un tiempo para dejar de lado las labores cotidianas y enfocarse en la renovación espiritual y física en Dios. En Marcos 2:27, Jesús enseña que «El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo,» subrayando el beneficio que el descanso en Él trae al hombre.

CRISTO ES EL CENTRO

La institución del día de reposo encuentra su cumplimiento en Cristo. Jesús, nuestro reposo, nos invita a descansar en él de nuestras obras y cargas. En Mateo 11:28, Él nos dice, «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.» Así como Dios descansó de su obra creadora, nosotros descansamos en la obra redentora de Cristo. En el tiempo de la gracia, donde el creyente se encuentra, el verdadero descanso sabático se halla en una relación íntima con Él, quien es la fuente de nuestra paz y restauración.

PARA MEDITAR

«¿Cómo puedo honrar el día de reposo en mi vida diaria y encontrar descanso en Cristo, reflejando la plenitud de su obra redentora en mi vida?»

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