Iglesia Evangélica Bautista de Albacete

IMITANDO LA VOLUNTAD DE DIOS

Imagen de una Biblia abierta con un rayo de luz simbolizando la verdad del evangelio

«Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo no ha visto a Dios.»
3 Jn 1:11

CONTEXTO

La tercera carta de Juan es una breve epístola dirigida a Gayo, un líder de la iglesia, elogiando su hospitalidad y amor por los hermanos. En el versículo 11, Juan le exhorta a no imitar lo malo sino lo bueno, haciendo hincapié en la importancia de vivir una vida que refleje el carácter de Dios. Este versículo subraya la distinción entre quienes son de Dios y quienes no lo son, basada en sus acciones y conducta, y llama a los creyentes a ser transformados por la verdad del evangelio.

I. IMITAR LO BUENO REFLEJA NUESTRA NUEVA NATURALEZA EN CRISTO
La verdad del evangelio nos llama a una vida transformada que refleje la bondad de Dios. Pablo dice en Efesios 5:1-2: «Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.» Nuestra transformación se manifiesta en imitar la bondad y el amor de Cristo en nuestras acciones diarias.

II. HACER LO BUENO TESTIFICA DE NUESTRA RELACIÓN CON DIOS

Juan afirma que «el que hace lo bueno es de Dios.» Nuestras buenas obras son evidencia de nuestra conexión con Dios y de que Su Espíritu obra en nosotros. Jesús enseñó: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5:16). Nuestras acciones deben testificar del poder transformador del evangelio.

III. EVITAR LO MALO PROTEGE NUESTRA TESTIMONIO Y COMUNIÓN

La exhortación a no imitar lo malo es una advertencia sobre la influencia del pecado. Santiago 4:7-8 nos dice: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.» Evitar el mal y buscar lo bueno nos ayuda a mantener nuestra comunión con Dios y a proteger nuestro testimonio ante los demás.

CRISTO ES EL CENTRO

Cristo es nuestro ejemplo perfecto de bondad y santidad. Su vida y sacrificio son la máxima demostración de lo que significa hacer el bien. Al seguir Su ejemplo, somos llamados a reflejar Su carácter y a vivir de acuerdo con la verdad del evangelio. Cristo no solo nos muestra cómo vivir, sino que también nos da el poder para hacerlo a través de Su Espíritu. En imitar a Cristo, encontramos la verdadera transformación y la plenitud de la vida en Dios.

PARA MEDITAR

¿De qué manera puedo imitar más a Cristo en mi vida diaria?

¿Cómo puedo asegurarme de que mis acciones reflejen la verdad del evangelio y glorifiquen a Dios?

Conoce las Cartas de Juan

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