El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece

1 Corintios 13:4

CONTEXTO

El capítulo 13 de 1 Corintios se encuentra en el corazón de una discusión más amplia sobre los dones espirituales y la vida en comunidad. Pablo escribe esta carta a los corintios para corregir varios desórdenes y malas prácticas que habían surgido en la iglesia de Corinto. En medio de su instrucción sobre los dones, Pablo dedica este capítulo entero a la supremacía del amor, destacando que, sin amor, todos los dones espirituales carecen de valor. Este pasaje subraya la naturaleza esencial y eterna del amor, por encima de cualquier otro don o habilidad espiritual.

I. EL AMOR COMO FUNDAMENTO DE LA VIDA CRISTIANA
El amor de Dios, manifestado a través de Cristo, es la fuente y modelo de nuestro amor. Al contemplar el sacrificio de Jesús, entendemos que el amor verdadero es sacrificial y busca siempre el bien del otro. Este amor es un regalo de Dios, derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo

Romanos 5:5: “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”

II. EL AMOR NOS LIBERA DEL ORGULLO Y LA ENVIDIA

El amor verdadero, que viene de Dios, no es envidioso ni jactancioso. Nos libera de la competencia y del deseo de destacar sobre los demás, fomentando cerca de nosotros la humildad y apoyo mutuo. Este amor examina nuestro corazón y identifica cualquier envidia o orgullo. Nos ayuda a reemplazar estos sentimientos con un amor genuino y humilde hacia los demás.

Filipenses 2:3 – «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.»

III. EL AMOR TRANSFORMA NUESTRO CARÁCTER

El amor que Dios pone en los que son suyos no se envanece ni se comporta indecorosamente. Este amor, manifestado en nuestras vidas, nos transforma para ser más como Cristo, mostrando respeto y dignidad hacia los demás. Permitamos que el amor de Cristo transforme cada aspecto de nuestro carácter y comportamiento.

Colosenses 3:14 – «Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.»

CENTRALIDAD EN CRISTO

Jesús es el perfecto ejemplo de amor. Su vida y sacrificio nos muestran cómo debe ser el amor verdadero: incondicional, sacrificial y transformador. En Cristo, vemos el amor en acción, un amor que nos llama a vivir de manera similar.

Permitamos que el amor de Cristo transforme nuestras vidas. Seamos pacientes y bondadosos, recordando que hemos recibido todo por gracia. No caigamos en la trampa de la envidia o el orgullo, sino que sigamos el ejemplo de humildad y servicio de nuestro Señor Jesús.

PARA MEDITAR

Que el Señor nos conceda la gracia de amar con el amor que Él nos ha mostrado. Que nuestras vidas sean un reflejo de su bondad y paciencia, y que a través del amor que se nos ha dado, otros puedan ver la obra de Cristo en nosotros.

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Devocional Diario
IEB ALBACETE

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